Esto es una mirror de la entrada del 14 de abril en mi Facebook
Ayer el presidente de Francia entonó el “mea culpa” sobre aquellos aspectos de gestión de la crisis de la COVID-19 que en Francia se han manejado mal.
Debemos reconocer que en España también hemos fallado clamorosamente.
Somos el segundo país con mayor número de casos y el tercero con mayor número de muertos, pero ello en cifras absolutas, ya que si acudimos a las cifras relativas, más significativas, somos del país de una cierta importancia (excluídos Luxemburgo, Andorra, y territorios similares) con mayor incidencia (364 casos/100000 habitantes) y mayor tasa de mortalidad (380 casos/1M habitantes), solamente superados en este último caso por la Serenísima República de San Marino. Os adjunto la gráfica de incidencia para varios países.
Reconocer los errores no es malo, muy al contrario, resulta depurativo. Yo mismo debo admitir que me equivoqué. Dada la experiencia previa en los casos del SARS, MERS, o incluso el de la gripe porcina del 2009, que prácticamente no afectaron a España a pesar de las severas advertencias de la OMS en aquellos años, pensé que en este caso tampoco nos veríamos gravemente afectados. Que todo se quedaría en las amenazas y teóricos terrores de las otras veces. Muy especialmente cuando se observó cómo los chinos fueron capaces de controlar la expansión.
Quiero recordar aquí las críticas que recibió el gobierno de la época cuando la pandemia de la gripe porcina, luego llamada A (H1N1) del 2009, por el gasto de 37 millones de € en vacunas que finalmente resultaron innecesarias. A toro pasado...
Sin embargo debemos aprender de los errores y seguir los modelos que han funcionado en otros territorios, como es el caso de China o de la República de Corea. Debe procederse a hacer tests de forma masiva y al aislamiento efectivo en espacios adecuadamente habilitados de los casos confirmados, incluso asintomáticos, y de los contagiados de alta probabilidad, como es el caso de los sanitarios. Insisto en la conveniencia de seguir los modelos que han funcionado y que se hallan disponibles, por ejemplo el protocolo de acción que publicó el Hospital Univervisario de Zhejiang (FAHZU), bajo el título de Handbook of COVID-19 Prevention and Treatment, cuyo enlace a la versión en español os adjunto https://drive.google.com/open?id=1GG8-jnAnXQxvNALpeop-h1e2HuY4PyL1&fbclid=IwAR3eyeXzsTIGXfOVDRyLc6TjsMTJxwqyrIKV4DJi8qlGriVyFwR92I5ELDg
O el que comparte en la red el gobierno de China https://covid-19.chinadaily.com.cn/a/202003/27/WS5e7c25baa310128217282337.html
En mi opinión la expansión es ahora ya imparable. Tal como se ha producido la expansión en Europa ya no será posible atajar la epidemia como sí hizo en la mayoría de los países asiáticos. Sólo nos podemos centrar en tratar de evitar que se colapsen los servicios sanitarios, a fin de evitar las muertes por falta de asistencia.
En cualquier caso y siguiendo aquel adagio de no hay mal que por bien no venga, deciros que esto no es del todo malo. Al haberse extendido tanto la epidemia un buen porcentaje de la población ya se halla inmunizado. En España, según cálculos del Imperial College de Londres, cerca de siete millones de personas. Según cálculos más recientes efectuados por mí, aprovechando el código que dejó en su estudio el Imperial College y datos más actualizados, realmente alrededor de cuatro millones de personas (de 2,1 a 6,6 millones con un intervalo de confianza del 95%, según gráfica adjunta). Si tal como creó la expansión ya es imparable solo se detendrá cuando por su propia evolución alrededor de un 60% de la población ya haya desarrollado inmunidad, bien por haber pasado la enfermedad o bien habiéndose infectado como afectados asintomáticos.
Sí mi razonamiento es correcto, como así lo creo, cada vez estamos más cerca de esta situación. Esto también ocurre en menor medida en el resto de países europeos.
Puede que China quede en un estado de tensión permanente en el futuro, teniendo que controlar constantemente sus fronteras debido a la baja tasa de inmunidad de su población, cuando en Europa ya nos encontremos mayoritariamente inmunizados de forma natural.
Todo ello la espera del desarrollo de una vacuna. Aunque para algunas enfermedades su desarrollo ha sido muy rápido recordemos que para otras todavía nos hallamos a la espera después de muchos años, como es el caso de la vacuna del VIH.
En todo caso hoy los datos son buenos. Por primera vez en España desciende el número de activos (es decir, enfermos), los casos totales menos curados y fallecidos, cosa que en Baleares hace tiempo que ya es así, como se observa en las gráficas adjuntas. Todo ello con un número reproductivo básico (R0 o número de personas que se contagian a partir de un afectado) de 0,81, según datos del Ministerio de Sanidad. Recordar que con valores inferiores a 1 las epidemias tienden a extinguirse.
Crucemos los dedos
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